
Lo que debía ser una fiesta deportiva terminó en una batalla campal. El partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente y Universidad de Chile, en el estadio Libertadores de América, fue suspendido y cancelado por violentos enfrentamientos entre las hinchadas. La tragedia es un espejo de las fallas en la organización: Un operativo de seguridad que no funcionó, una dirigencia ausente, y un estadio sin las medidas necesarias para recibir a los visitantes.
El caos en las tribunas
El encuentro había comenzado con normalidad, con un empate 1-1 al finalizar el primer tiempo gracias a los goles de Lucas Assadi para «la U» y Santiago Montiel para el «Rojo». Sin embargo, la calma se rompió al inicio del segundo tiempo. La violencia escaló cuando hinchas visitantes comenzaron a arrojar butacas, botellas y bombas de estruendo, destruyendo las instalaciones del estadio.

En respuesta, la barra local invadió el sector visitante, desatando una brutal agresión. Hinchas de la Universidad de Chile fueron golpeados, robados y desnudados. En medio del caos, algunas personas se arrojaron desde las gradas para escapar del ataque. Ante la falta de garantías, el árbitro uruguayo Gustavo Tejera suspendió el partido, y los jugadores fueron evacuados a los vestuarios.

El informe policial: Una versión que no cierra
El informe policial oficial afirma que los hinchas visitantes no ingresaron con elementos prohibidos. Sin embargo, esta declaración contradice las numerosas imágenes que circularon en redes sociales, donde se ve a varios fanáticos chilenos con armas blancas y arrojando explosivos.
Según el mismo reporte, los destrozos en los baños comenzaron a los 34 minutos del primer tiempo, y la policía intervino con infantería para evitar un enfrentamiento que, a pesar de los esfuerzos, ocurrió de todas formas. Además, el informe revela un dato alarmante: La Policía y el APREVIDE pidieron suspender el partido, pero la Conmebol se negó, solicitando que se desalojara a los visitantes para continuar el encuentro.
Víctimas y consecuencias
Los incidentes dejaron un saldo de heridos y detenidos. Dos hinchas chilenos permanecen en estado grave en el hospital:
- Gonzalo Alfaro, de 33 años, con fractura y hundimiento de cráneo, debió ser entubado y trasladado a quirófano
- Jaime Mora, de 56, quien sufrió fracturas en miembros inferiores y se encuentra fuera de peligro
En total, 111 ciudadanos chilenos fueron detenidos, la mayoría en la comisaría de Avellaneda. Varios de ellos, incluso menores de edad, fueron liberados. Adicionalmente, más de 300 hinchas fueron interceptados en la zona de Puerto Madero. La causa está a cargo del fiscal Mariano Francisco Zitto.
El futuro deportivo
La Conmebol formalizó la cancelación del encuentro y se espera que aplique duras sanciones a ambos clubes. Si bien la investigación sigue en curso, todo indica que tanto Independiente como la Universidad de Chile serán descalificados de la Copa Sudamericana y podrían recibir expulsiones de competencias internacionales de al menos un año.
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